Llegar a casa debe ser un momento de calma, de relax y de sentirse cómodo. Cada vez son más los que apuestan por la tendencia que, sin llegar a ser el minimalismo, simplifica los espacios y apoya la tesis de diseñar interiores que la calma es clave.
La sencillez y el alma más rural es una tendencia que ha estado ganando popularidad en los últimos años. “Esta tendencia busca crear espacios interiores que reflejan una sensación de calma, autenticidad y conexión con la naturaleza” explican desde De la Villa Studio, un estudio de interiorismo en Madrid.
¿Cuáles son las pautas?
- Materiales naturales: se utilizan materiales naturales como madera, piedra, lino y algodón. Estos materiales aportan calidez y textura a los espacios, creando un toque de rusticidad y simplicidad.
- Colores suaves y neutros: La paleta de colores suele ser suave y neutra, con tonos como el blanco roto, el beige, el gris suave y el verde oliva. Estos colores transmiten una sensación de serenidad y armonía con la naturaleza.
- Mobiliario funcional y atemporal: Los muebles de madera con líneas limpias son comunes y, a menudo, para complementar, se eligen piezas vintage o antiguas para dar un toque de autenticidad. “Cada vez se mira más el tipo de madera y que no sean conglomerados. Es el primer paso”, comentan.
- Elementos naturales: La decoración que busca esa calma en su totalidad a menudo incluye elementos naturales como plantas, jarrones de cerámica en los que poner esquejes, cestas de mimbre y textiles tejidos a mano. Estos elementos aportan calidez a los espacios.
- Iluminación suave: Se prefieren las luces suaves y difusas, como las lámparas de papel o las luminarias de cuerda, en muchos casos, creando ambientes a demanda.
- Espacios abiertos: Las áreas en las que más vida se hace suelen estar conectadas de manera abierta, lo que permite una circulación fácil y una sensación de apertura.
- Artesanía y detalles hechos a mano: la artesanía y los detalles hechos a mano en la decoración aportan la personalidad y autenticidad a los espacios.
