La decoración está siendo la tendencia en alza desde hace más de un lustro. El hecho de que cada vez haya más opciones en estilos, acabados y diseños, hace que muchos se lancen a la aventura de la redecoración interior.
¿Cuál es la estancia que más cambios suele recibir?
Sin duda, el salón. El salón da la bienvenida a los invitados que se acercan de visita, pero también es el lugar de encuentro familiar, donde se reúnen en torno a la mesa e, incluso, cuando se toman decisiones en familia.
¿Por dónde se debe empezar a planificar el salón?
Sin duda, según cuentan desde la tienda de muebles Trobal, hay dos piezas que hay que pensar con cuidado porque alrededor de ellas girará el resto.
Se trata de la mesa del comedor y el sofá que, hechos a medida, incluso lucen mejor.
«Dependiendo del tamaño del salón se planificará el tamaño para ambas piezas. Por norma general, las mesas redondas con posibilidad de extenderse se han dejado para salones más pequeños, mientras que las rectangulares han sido las elegidas para más metros» explican.
Pero, sin duda, la tendencia pasa en ambos casos por buscar la originalidad a través de las patas o tableros, donde los colores, dibujos e incluso materiales han cobrado especial relevancia. Hoy en día se lleva mucho la madera natural, pero quienes sean más atrevidos podrán optar por colores más llamativos para resaltarlo.
En el caso del sofá, pasa algo parecido. Cada salón tiene el hueco pensado para él. O donde mejor encaja de forma natural. Ese espacio es el que definirá el estilo. Si debería ser de dos o tres plazas, con o sin chaiselonge y, sobre todo, si cabría también un sillón individual.
Esto, que parece fácil, suele ser el punto de partida para acertar en la distribución final del salón, donde faltarían no solo las sillas del comedor, sino la mesa central delante del sofá para poder disfrutar de un espacio extra y, sobre todo, de un mueble que, dependiendo del estilo de familia, solo albergará la televisión y cuatro cosas del estilo minimalista o bien llenará la pared de libros, recuerdos e incluso vidrieras.
En cuanto a las lámparas y alfombras, serán las protagonistas, junto con los tejidos de cortinas y cojines, para dar ese toque de personalidad cromática que hable de sus habitantes.
«Ante todo tiene que ser un lugar en el que las personas que viven estén cómodas y responda a su estilo de vida. No es lo mismo tener un salón casi museo que uno con mucho uso y eso es lo que hay que de verdad pensar para disfrutar» concluyen.