Una boda siempre es un motivo de alegría. Salvo cuando empieza la organización, los nervios y el clásico, dónde siento al primo Luis.
Fuera de los tópicos, atrás quedaron atrás las bodas en las que la mayoría de invitados venían por parte de los padres. Salvo casos excepcionales, que los hay, donde la boda se convierte en un evento y pasamanos, son los novios los que, por suerte, se han hecho con el control de la lista de invitados y con la elección de los principales detalles.
Ya sean ellos directamente, a través de grupos de amigos o con un planificador de bodas, lo que está claro es que quien va de invitado a una, hoy en día, es porque es muy cercano a la pareja y eso, sin duda, hace que la cita vaya a ser especial desde el primer momento.
Y, precisamente por esa cercanía y conocimiento, los novios es fácil que quieran tener un detalle con cada uno de los invitados, sorprendiendo desde el primer momento con las invitaciones y, sobre todo, con las personalizaciones.
¿Cuáles son las últimas tendencias?
Personalizar el convite suele ser uno de los grandes retos. Basta echar un vistazo a las tendencias para ver que es mucho más posible de lo que se piensa y no es tan complicado.
Por ejemplo, decorar con silu.es es un acierto si lo que buscas es, por ejemplo, el sitting. ¿Qué significa esta tendencia?
«Atrás quedó exclusivamente el poner en la puerta del restaurante un listado de nombres con un número de mesa. Ahora, al ser mucho más personales, se busca agasajar a quien se ha comprometido a hacer con la pareja este día especial. El sitting, en realidad, es la evolución del cartelito de las mesas. Es poner, en cada sitio, un detalle con el nombre del comensal que se sentará» explican.
¿Qué sentirá cada persona al llegar a su mesa y ver cómo en su plato hay un trozo de madera con su nombre tallado? Se sentirá especial, tal como están haciendo sentir a los contrayentes.
Además, este tipo de detalle pega con cualquier tipo de boda, desde las que son más tradicionales a las más actuales, tipo boho, que suelen celebrarse, por norma general, en espacios abiertos y campestres y donde cualquier detalle de madera encaja con el propio entorno.
A este, suele sumarse también una zona de photocall en el que los novios acaban fotografiándose con sus amigos y, protagonistas suelen ser letras que suelen corresponder bien con palabras que representan el enlace, bien con las iniciales de los novios. «Es un detalle que normalmente se llevan luego de recuerdo, como los invitados el sitting. Cada vez que lo vuelven a ver, se sienten de nuevo las vibraciones del día, las sensaciones y el amor que se disfrutó, la diversión y complicidad que se destiló durante horas» comentan.
