MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
Al menos un 44% de la superficie terrestre de la Tierra (unos 64 millones de kilómetros cuadrados) requiere de conservación para salvaguardar la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas.
Así se señala en un estudio dirigido por James R. Allan, de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos), y publicado en la revista ‘Science’. Los investigadores emplearon algoritmos geoespaciales avanzados con el fin de mapear las áreas óptimas para la conservación de especies y ecosistemas en todo el mundo. Además, utilizaron escenarios de uso de la tierra espacialmente explícitos para cuantificar qué parte del suelo estará en riesgo por las actividades humanas en 2030.
«Nuestro estudio es la mejor estimación actual de cuánta tierra debemos conservar para detener la crisis de la biodiversidad; es esencialmente un plan de conservación para el planeta», indica Allan. «Debemos actuar rápido. Nuestros modelos muestran que más de 1,3 millones de kilómetros cuadrados de esta importante tierra, un área más grande que Sudáfrica, probablemente tenga su hábitat despejado para uso humano para 2030, lo que sería devastador para la vida silvestre».
El estudio tiene implicaciones políticas importantes, ya que los gobiernos negocian actualmente un marco global de biodiversidad posterior a 2020 bajo el Convenio sobre la Diversidad Biológica, con nuevos objetivos y metas para la biodiversidad que podrían entrar en vigor a finales de este año. Esto establecerá la agenda de conservación durante al menos la próxima década y los países deberán informar periódicamente sobre el progreso en relación con estos objetivos.
«Hace más de una década, los gobiernos establecieron un objetivo global para conservar al menos un 17% de las áreas terrestres a través de áreas protegidas y otros enfoques basados en sitios para mejorar el estado de la biodiversidad y los ecosistemas», recalca Kendall Jones, de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre. «Sin embargo, para 2020 estaba claro que esto no era suficiente para detener la disminución de la biodiversidad y evitar la crisis de la biodiversidad».
MÁS AMBICIÓN
Un objetivo de alto perfil que ahora se discute para 2030 es que las naciones deberían conservar un 30% de su tierra a través de áreas protegidas y otros enfoques.
«Si bien éste es un gran paso en la dirección correcta, nuestro estudio sugiere que son cruciales objetivos y políticas más ambiciosos para mantener la integridad ecológica más allá de este objetivo del 30%. Si las naciones se toman en serio la salvaguardia de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra, entonces necesitan aumentar de inmediato sus esfuerzos de conservación, no solo en extensión e intensidad sino también en efectividad», explica Jones.
Los autores indican que todas las tierras identificadas no necesariamente deberían ser designadas como áreas protegidas, sino más bien administradas a través de una amplia gama de estrategias para la conservación de especies y ecosistemas.
«Las acciones de conservación que promueven la autonomía y la autodeterminación de las personas que viven en esta tierra, al mismo tiempo que mantienen la integridad ecológica, son cruciales», apostilla Allan, antes de concluir: «Tenemos muchas herramientas de conservación efectivas disponibles, desde empoderar a los pueblos indígenas para administrar su entorno natural hasta políticas que limitan la deforestación o brindan opciones de medios de vida sostenibles y, por supuesto, áreas protegidas».