MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
La Policía Nacional ha detenido en un hotel de Madrid a uno de los diez fugitivos más buscados en EEUU, que es un condenado a cadena perpetua que había ganado más de 17 millones de dólares mediante la elaboración de vídeos de pornografía infantil.
Según informó este viernes la Policía, el arrestado -M.J.P., de origen neozelandés- fue localizado el pasado 21 de diciembre en un céntrico hotel madrileño tras un año de pesquisas en territorio español. El huido se escondía bajo una de las múltiples identidades falsas que había empleado para evitar su localización.
Se trataba de uno de los ‘Ten Most Wanted Fugitives’ (Diez fugitivos más buscados) del FBI y se ofrecían 100.000 dólares por pistas para su captura. Fue condenado a cadena perpetua en EEUU por delitos de pornografía infantil, explotación sexual, agresión sexual y ganancias ilícitas.
M.J.P. se dedicaba a la producción audiovisual de pornografía de menores y mujeres de corta edad, a los que reclutaba mediante engaños. Con este negocio había logrado reunir más de 17 millones de dólares y pagaba a otras mujeres para convencer a las víctimas de que el material nunca sería publicado, además de retenerlas y obligarlas a realizar prácticas sexuales a las que se habían negado expresamente.
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El arresto de este prófugo es la primera detención que se produce en España de uno de los delincuentes incluidos en la lista ‘Ten Most Wanted Fugitives’ del FBI. Hasta el momento, más allá de las fronteras estadounidense tan solo se ha capturado a 57 de estos delincuentes.
La búsqueda internacional de M.J.P. dio comienzo con su fuga de EEUU tras ser condenado a cadena perpetua por delitos de pornografía infantil, explotación sexual, agresión sexual y ganancias ilícitas de más de 17 millones de dólares. El proceso judicial se centró en hechos relativos a la realización de producciones audiovisuales de contenido pornográfico entre los años 2012 y 2019.
El fugitivo reclutaba a menores de edad y a mujeres muy jóvenes procedentes de todo EEUU y de Canadá, para lo que publicaba anuncios en Internet en los que se ofrecían supuestos trabajos de modelo que sin embargo finalmente resultaban ser grabaciones pornográficas.
Según testimonios de las propias víctimas, en ocasiones eran retenidas en contra de su voluntad en los lugares de grabación, y no se les permitía abandonarlo hasta que hubiesen cumplido las pretensiones exigidas por la productora propiedad del prófugo. En los peores casos, eran obligadas a realizar prácticas sexuales a las que de manera expresa previamente se habían negado.