El objetivo de accidentes cero pasa por conseguir una conducción mucho más segura, ser capaces de comprender la necesidad de cumplir con las normas viales y, por supuesto, evitar cualquier tipo de conducción temeraria que no solo ponga en riesgo al vehículo que se conduce sino al resto que circula por la misma vía.
En este sentido, la DGT lleva mucho tiempo y campañas intentando crear una conciencia social para explicar la necesidad de conocer las normas de seguridad vial y, sobre todo de cumplirlas. Nada de velocidades excesivas, adelantamientos peligrosos, ir sin ITV…
Sin embargo, uno de los puntos más importantes – y más si cabe en verano – es la visión. Una persona que no ve bien la carretera y su entorno puede acabar siendo un peligro al volante sin quererlo.
¿Por qué? Porque, más allá de la destreza, de cumplir las normas y de circular con precaución, el no ver, puede llevar a invadir el carril contrario, pegar volantazos o despistarse más de lo debido.
Y, en verano, con el sol, aún más porque el tiempo que está en alto hace de ciertos desplazamientos todo un reto si no se disponen de las gafas de sol adecuadas.
¿Cómo serían las gafas de sol perfectas para conducir?
Según opticacanalejas.com hay una serie de recomendaciones que hay que tener en cuenta para garantizar el acierto al elegir unas gafas de sol destinadas a facilitar la visibilidad durante las rutas en coche.
En primer lugar, según explican, es necesario garantizar que la montura es cómoda y se adapta bien a la anatomía facial. «Nada de gafas que resbalan por la nariz o que permiten que el ojo tenga posibilidad de mirar por encima o por debajo de ellas. Eso sería signo de que no es la gafa para esos rasgos faciales. Es necesario que cubra bien la visión para evitar deslumbramientos«, comentan.
En segundo lugar, es clave saber si es necesario que sean o no graduadas para garantizar el enfoque y agudeza visual perfecta para sentirse cómodo y seguro al volante.
Una recomendación adicional es plantearse el uso de cristales que sean polarizados ya que previenen deslumbramientos y, en los tramos horarios en el que el sol está más bajo, puede ayudar a ver la carretera de forma correcta. También está la opción de usar cristal amarillo, uno de los grandes aliados en la carretera, sobre todo cuando es un día nublado pero muy luminoso.
Por supuesto, siempre se puede mejorar el cristal con un filtro que evite los reflejos porque, prácticamente en todos, ya sea para conducir o no, es necesario plantear que necesitan también un filtro UV que evite que el ojo quede dañado por los rayos ultravioletas.
«En la sociedad en la que vivimos, que pasa mucho tiempo frente a pantallas, es clave tener una revisión en el oftalmólogo u óptica al menos anual. Cada vez en las ópticas hay mejores especialistas dispuestos a ayudar con la sequedad ocular, con la adaptación a lentillas o con la selección de gafas de sol para que cumplan de forma correcta su función y prevengan y cuiden la salud ocular» explican.