Decía Oscar Wilde que jamás existe segunda oportunidad para causar una primera impresión. Sin embargo, esto que parece tan obvio, es olvidado por muchos, haciendo que, en no pocas ocasiones, su carrera profesional se vea afectada.
Y es que, pese a lo que a priori muchos puedan pensar, la imagen que se proyecta va mucho más allá del aspecto físico y el atuendo, e implica tanto el lenguaje verbal como el no verbal. A veces, un simple gesto, un cambio en el tono de voz, un movimiento de manos, o apartar la mirada sirven para detectar inseguridad, algo del todo contraproducente cuando lo que se está tratando es de lograr un puesto de trabajo, un ascenso, ampliar el negocio o ganar nuevos clientes.
Pero, ¿cómo lograr una imagen personal y profesional que permita que se alcancen los objetivos labores deseados?
Tal y como indican desde sarastudio.com, agencia y escuela de imagen personal que cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector, “para lograr proyectar la imagen que se desea no es suficiente con conocer una serie de consejos a seguir y acciones a evitar, sino que resultará esencial contar con la ayuda de profesionales que guíen durante todo el proceso para lograrlo.”
Y es que, nadie a dicho que alcanzar los objetivos deseados no requiera de ningún tipo de esfuerzo por nuestra parte. De hecho, aprender a controlar el lenguaje no verbal es una de las tareas más complejas a las que las personas se deben enfrentar, siendo en muchos casos necesaria la ayuda de profesionales. Los cursos de imagen personal son una buena opción para aprender a modificar estas conductas de forma rápida.
Pero, ¿qué se aprende en un curso de imagen personal y qué beneficios puede tener en el ámbito laboral?
“Un curso de imagen personal pretende lograr que proyectes una imagen adecuada tanto en el ámbito laboral como en el personal. Aprender a vestirse correctamente según la ocasión, emplear un tono de voz y un lenguaje adecuados, moverse con soltura, controlar el lenguaje no verbal y, sobre todo, proyectar una imagen de seguridad.”
Y es que, en ocasiones, enfrentarse a una entrevista de trabajo, algo que la mayoría ha tenido que hacer en no pocas ocasiones, puede suscitar muchas dudas en algo como la vestimenta. Quién no se ha preguntado más de una vez, ¿qué me pongo? Pues bien, “lo ideal es siempre elegir prendas de líneas rectas y colores neutros, y apostar por los complementos como elemento de diferenciación, evitando, eso sí, llamar demasiado la atención con ellos.”
Ya en la entrevista, “se debe intentar mantener la calma, no perder el contacto visual, evitar los brazos cruzados y los movimientos constantes de manos, pies y piernas. Debe hablarse con seguridad y el tono de voz ha de ser adecuado, es decir, ni muy alto, ni muy bajo, evitando los titubeos. Y, por supuesto, y esto supone la parte más difícil, deben controlarse los gestos, evitando tanto las sonrisas forzadas como las caras de circunstancia.”
¿Qué conseguiremos de esta forma? Fácil, alcanzar el éxito, es decir, conseguir el puesto de trabajo deseado, escalar puestos en la empresa más rápidamente, conseguir los inversores o socios que se necesitan, o captar clientes de forma rápida y sencilla.
Sin duda, la imagen personal juega un papel relevante en el ámbito laboral, apuesta por cuidarla.
