Con las cifras laborales sobre la mesa, son muchos los que deciden formarse en nuevas disciplinas para intentar mejorar sus competencias, aspirar a un mejor empleo o incluso abrirse puertas en nuevas salidas profesionales.
En este sentido, las nuevas disciplinas relacionadas con la tecnología están siendo un camino bastante certero.
Todo lo relacionado con el big data, con la interpretación de datos e incluso con disciplinas como la programación o la inteligencia artificial está siendo demandado por las compañías, que buscan trabajadores especializados para incorporar las últimas tendencias en sus equipos.
En esa misma línea se buscan también profesionales que tengan conocimientos en ciberseguridad.
Entre enero y noviembre del año pasado se denunciaron 266.531 delitos cometidos a través de internet, una cifra que responde a las violaciones de seguridad de empresas tanto públicas como privadas.
«Se demanda un perfil de profesionales capaces de poner cierto coto al acceso de los ciberdelincuentes en los servidores de las empresas, pero también que, en caso de que se comprometa dicha seguridad, sean capaces de darse cuenta rápido y solucionarlo con los menores daños posibles» explican desde acoding.academy.
¿Cuáles son las principales claves para este tipo de formación?
En realidad, lo que se busca es dar garantías seguras al desarrollo de aplicaciones, webs y redes internas.
Una de las primeras claves pasa por la codificación de la información, de forma que sea necesario conocer cuál es el código para poder descifrarlo. Eso garantiza ciertas informaciones que, en el caso por ejemplo de empresas, hospitales o clínicas, es necesario que queden anonimizadas y no sean fácilmente interpretadas.
Esto forma parte de la formación en criptología, que añade las buenas prácticas a la comunicación corporativa tanto interna como la que se comunica al exterior de las organizaciones y entidades.
La clave también está en la instalación de protocolos, verificaciones y autentificaciones en varios pasos para que, quien acceda al sistema, sea capaz de demostrar su adhesión a la compañía.
Contratar perfiles profesionales que controlen este entorno es clave para garantizar las redes, pero también lo es formar a los trabajadores en la medida de sus posibilidades para que comprendan los códigos e incluso puedan participar de la creación de uno propio.
La formación dentro de las compañías es clave para garantizar que los equipos se adaptan a las nuevas exigencias del mercado y de los tiempos y, apostar por implicarles en la seguridad interna de los datos que se trabajan en la compañía puede ser clave para que se impliquen en cumplir los protocolos a rajatabla para salvaguardarla.
Sin duda, este tipo de formación, que en la mayoría de casos hoy en día puede cursarse en su versión online, permite especializar a los profesionales y, sobre todo, garantiza a las compañías privadas y entidades públicas el contar con redes seguras que permitan trabajar sin riesgos, que cumplan las legislaciones vigentes en lo que a protección de datos se refiere, por ejemplo, y que sean capaces de detectar cualquier ataque a tiempo para minimizar el daño.
